domingo, 24 de mayo de 2020

Mi Quijote islandés

Don Quixote de la Mancha

Es un único volumen de tamaño octavo mayor editado en Akureyri, ciudad al norte de la isla que roza el círculo polar ártico. Es un texto resumido por Leighton Barret, traducido por Maja Baldvins y con dibujos de Warren Chapell. 





La fecha de edición es de 1944, el año en que Islandia se independizó del reino de Dinamarca convirtiéndose en la actual República de Islandia. Cabe preguntarse qué hacía Don Quijote en esas latitudes en aquellos años. Con tanto frío, ¿qué se le había perdido en la oscuridad/claridad del ártico? La respuesta no puede ser unívoca. Por un lado, Islandia es la cuna de las sagas, las historias mitológicas milenarias del mundo escandinavo. De esta isla salieron los héroes que conquistaron Noruega, Suecia y Dinamarca. Sus hielos junto a sus cálidos terrenos volcánicos alumbraron una de las mitologías más fecundas, tanto como las de la familia del Olimpo. ¿Porqué en esos años se tradujo el Quijote al islandés de un texto resumido en inglés? Es una pregunta difícil de responder. Cabe pensar que el hecho de que Islandia, que se había declarado neutral en la Segunda Guerra Mundial, fuese ocupada por razones estratégicas por las fuerzas de EE. UU. debió tener algo que ver. Ahora bien, las razones últimas por las que el literato Barret, oriundo del Mississippi, y el dibujante Chapell, de Virginia, consiguieron hacerse con una traducción y publicar en el fin del mundo este libro me son totalmente desconocidas y creo que difícilmente se lleguen a saber a estas alturas.



A Borges, desde su tierna infancia, le gustaban las sagas islandesas. De mayor, pensaba de ellas que eran una de las fuentes literarias de mayor inspiración. De hecho, recitaba de memoria versos de éstas en islandés. Algo muy especial veía en ellas. De hecho, parece que están en la base de los orígenes del individualismo europeo (1). Es por esta razón por la que el tránsito del Quijote por esas tierras tiene un gran interés. Si la concreción como individuos tiene un pie en las sagas islandesas (2), el Quijote alumbra el carácter e identidad del personaje que es ficción, el que llega a confundirse con la realidad, sobre todo cuando el propio héroe interpela al autor y confunde el mundo del lector. A Borges le atraía como a nadie el mundo de la ficción (3). En este, en concreto, se unen los héroes de las sagas islandesas y el héroe manchego, todos en su universo “ficcionado”. ¿Qué más se puede esperar?

 1.  Aaron Gurevich: Los orígenes del individualismo europeo. Ed Critica, Barcelona 1997
 2.  Saga de los Volsungos. Traducción de J.E. Díaz Vera. Ed Gredos, Madrid 1998
 3.  Jorge Luis Borges: Ficciones. O.C. TII Círculo de Lectores. Barcelona, 1992
      El dibujo es de W. Chapell.

1 comentario:

  1. Fantástico!
    Eres realmente original, vaya hobby tan curioso. Perseguir el origen de las traducciones a... 12 idiomas de momento!
    Felicidades y gracias por compartirlo!

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