Leben und
Taten des Scharfsinningen Ritters Don Quixote
Este es un libro publicado en Oldenburg en 1925, y que con toda probabilidad
algún judío alemán se llevó hacia su tierra prometida tan lleno de nostalgia
como nuestro Ricote. Este libro
está cumplimentado por láminas coloreadas de dibujos en donde sobresale lo
cómico por encima de cualquier otra interpretación. Y es que en Europa el
cómico Quijote hizo estragos entre la aristocracia. Tanto es así que los techos
de dos salas del Castillo de Charlottenburg en Berlín están pintados con motivos quijotescos, así como las paredes
forradas con inmensos tapices con nuestros héroe y escudero. ¿Qué es lo que
hacía tanta gracia? En cada momento y lugar cosas distintas son interpretadas
desde las perspectivas individuales, y en el Ancien Régime, debía
despertar una sonrisa sardónica ver a un caballero ridiculizado por sus mismos
ímpetus fantasiosos. Desde su posición aristocrática tan segura algo les debía remover, algo les debía hacer ver que se encontraban también ellos al borde de caer en ridiculeces tan esperpénticas.
Lo que hace gracia no es más que aquello que desvela impúdicamente nuestras
deficiencias, aquellas que con un juego malabar intentamos mantener tapadas,
como tapan los inmensos tapices franceses las paredes de las salas del palacio
berlinés. Ahora, que en general no somos tan pudorosos, son otras las cosas nos hacen
gracia. Y sin embargo DQ nos sigue llevando a un mundo de anhelos. No creo que Cervantes
fuese un escritor cómico. Su personaje no es un fin para hacer reír, sino un
medio para transcribir el profundo dolor del vivir, vivir entre y solo entre
las realidades que nos rodean y la realidad por nosotros construida, mantenida solo con el valor.
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| La curación de la locura de Don Quijote, tapiz Castillo de Charlottenburg, Berlín |
El protagonista
del Quijote es ese personaje
disociado entre Alonso Quijano (AQ) y Don Quijote (DQ). Ello da lugar a dos
niveles de lectura. La lectura a través de la parte del personaje
DQ es inequívocamente cómica siendo esta la interpretación que tuvo el
libro de Cervantes mayoritariamente en los siglos XVII y XVIII. Lo cómico
desvela la tensión interna de las relaciones humanas de forma tal que una sonrisa fluye, o una carcajada interrumpe el incomodo del
momento en que el lector se enfrenta a la realidad de un mundo distorsionado.
Toda la tensión salta hecho
pedazos. Luego vuelve la calma, calma de nuevo
reconstruida, distinta de la previa porque el proceso nos ha cambiado, aunque
sea sólo un poco. Por otro lado, en
la tragedia del Quijote la tensión se acumula hasta conmovernos. Sólo en un metabolismo lento de dichas
emociones nos dará la solución del
conflicto, si es que la hay. Es un proceso de maduración en donde
la reflexión se entremezcla con las emociones, donde se precisa siempre de una
valoración ética para encontrar las posibles soluciones que permitan seguir viviendo.
El Quijote es, pues, una tragicomedia en
cuanto que la locura de DQ produce situaciones estrafalarias que están fuera
del discurrir habitual de las cosas de la vida. Pero si se lee el texto desde la perspectiva de AQ nos inunda un
sentimiento trágico, siendo él mismo quién con sus aseveraciones
éticas nos indica la solución. Así, ambas lecturas se complementan y son inseparables
como lo son AQ y DQ.
Como ejemplo
claro tenemos la historia de Maritornes. Se trata de la prostituta del mesón, aquella que DQ confunde con una dama. La
historia leída e interpretada desde el nivel de DQ es cómica, pero es la lectura
a través de AQ cuando queda al descubierto la necesidad de una actitud ética respecto
al tema. Y en este caso concreto AQ realiza la asignación de dignidad a la persona sean cuales sean sus
condiciones. Es cómico que DQ trate de Dama a la prostituta asturiana
Maritornes, pero es que tiene un valor universal el que AQ le otorgue dignidad,
por muy ramera que fuera. Y he aquí la novedad cervantina. Es aquí donde el texto, con numerosos ejemplos
más, se abre al futuro y permite ser interpretado una y mil veces, en tiempos y
lugares muy distintos, durante los cuatrocientos años de su historia, en todas las latitudes y culturas del
mundo.
El
19 de Mayo de 1934 Thomas Mann y su esposa Katia embarcaron en Boulogne en el
transatlántico ‘Volendam’ dirección a Nueva York. Les esperaban diez días de
travesía en las cuales Mann escribió su diario con anotaciones sobre el
Quijote.
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| RqueR Editorial, Barcelona 2005 |
Entonces escribió con orgullo patriótico las loas que Ricote hizo de
la tolerante y buena Alemania, donde cada uno vive allí como le parece bien y
en libertad de conciencia. ¡Poco se podía imaginar Mann que la expulsión de los
judíos de la península ibérica y luego de lo moriscos, siendo un acto ignominioso, se quedó lejos de
la llamada solución final nazi! ¡Y poco se imaginaba entonces él que poco
tiempo después él mismo cambiaría de nacionalidad! Ahora han pasado casi setenta años
desde aquellos días, históricamente un tiempo pequeño, como las tres cuartas
partes de siglo que pasaron desde la expulsión hispana de la comunidad hebrea hasta
la vida literaria de Cervantes que coincidió con la de los moriscos. En
ambas sociedades estos hechos han dejado huellas profundas, imborrables, que
decenas de generaciones recordarán. Es por eso que algunas cosas ya no nos
hacen gracia, ya no nos pueden hacer gracia, y Cervantes seguro que lo sabía.
La aristocracia del Ancien Régime no
pudo entender la carga de profundidad del Quijote, y en parte, por esas mismas incapacidades periclitaron. Mientras, el Caballero de la Triste Figura sigue sus
andanzas por nuestros horizontes.



Das klingt absolut vielversprechend!! Viele Grüsse, mein Freund.
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